HISTORIA Y RECUERDOS DE LA ERMITA

13.03.2015 19:06

Una mañana soleada, la brisa marina sube hasta el muro y al final de éste, el pedestal inconfundible de cinco metros sostiene la cruz de piedra. Detrás de la cruz se yergue en todo su esplendor nuestra hermosa ermita del Socórs, como vigía y guarda de nuestro humilde barrio de pescadores.

Una imagen descrita sobre un recuerdo, puede resultar mucho más vívida que una fotografía.


Los alicantinos en más ocasiones de las que hubiéramos querido, no hemos tenido mucha suerte con nuestros políticos en nuestro municipio. Se destruyen las cosas importantes sin pararse a pensar que hay cosas que merece la pena conservar, patrimonio cultural de nuestra tierra que por intereses de negocio y dinero son destruídas a la mayor gloria del político de turno y para llenar las arcas de una empresa. Siento vergüenza por esto, y no estoy de acuerdo con la desidia de los encargados de los bienes culturales que no prohíben estas tropelías. Uno de los mayores encantos del Raval Roig, barrio pintoresco de Alicante, era esta ermita y esas casas de planta baja donde sus gentes iban y venían en un trasiego laborioso durante la mañana, por las tardes se podía disfrutar de las vistas, del sol, del aire del mar. Con el tiempo, las máquinas lo destrozaron todo, me niego a creer que a esto se le llame progreso, el progreso no es una máquina de destrucción, hay cosas que se tienen que conservar como si fuera un tesoro. No hay progreso en esto, lo que hay son intereses, negocios, dinero y malasombra. Quién no tiene al menos el recato de reconocer el valor de lo antiguo y solamente se guía por el afán mercantil termina destrozando todo lo que debería conservarse, es así de lamentable.

El 28 de Junio de 1585, los frailes agustinos se establecieron en la ermita, que según las crónicas fué casa de los caballeros templarios. El edificio tenía una torre vigía adosada que perteneció a la orden del temple desde 1270, según cuenta el cronista Viravens, a finales del siglo XIX todavía se podían ver las cruces de los templarios en las almenas de dicha torre. A pesar de que los agustinos le pusieron el nombre de Nuestra Señora del Socorro, durante un tiempo permaneció la primitiva advocación en lengua materna de la Mare de Deu del Lluc. Su primer prelado fué fray Miguel Salón, quién tomó posesión el 10 de Junio de 1585.

La ermita ocupaba un lugar privilegiado dentro del Raval Roig. La ermita del Socós como así la llamaron los vecinos fué destruída por la promotora Yoraco en 1973 para la construcción de un parking. Nada pudieron hacer los vecinos a pesar de que llegaron a reunirse con el obispo de Orihuela-Alicante, como digo, una vergüenza.

Los frailes agustinos cuidaron de la ermita durante años, quedando un hermano a cargo de la ermita cuando los agustinos se trasladaron a una casa en la calle de Enllop. En 1744 se construyó un hermoso retablo para adornar el altar mayor, se hizo una obra que dió solidez a todo el conjunto, según cuenta el cronista Viravens.

Nuestros mayores dicen que era una ermita preciosa, con aires marineros, que al despuntar el alba se escuchaba su campana repicar hasta la playa, a orillas del deslumbrante y colorido azul del Mediterráneo, ese mar con sus barquitas varadas en la arena, la ermita era un aliciente más dentro de ese hermoso ambiente marinero de nuestro barrio.