ALGUNAS TARDES DE VERANO EN EL BARRIO

Las tardes, a la caída del sol, siempre con ese ambiente marinero y amable, era posible encontrar a las mujeres sentadas a la puerta de sus casas haciendo ganchillo, punto, o lo que apeteciera. Mientras, los hombres arreglaban las redes o hacían las nasas. Otras tardes, los habitantes de este barrio marinero jugaban al bingo en la calle de San Cayetano. Podía participar cualquier vecino que dispusiera de una silla, y el ganador se llevaba unos cuantos duros a su bolsillo. Juan, apodado "El americano", tenía una barca grande y su vela se utilizaba para hacer las veces de toldillo y así aliviar durante el juego el sol y los calores del verano.

Que pena que estas cosas se hayan perdido, hoy en día vivimos apartados, sí es verdad que nos reunimos con amigos, salimos...pero no es lo mismo, llegas a tu casa y te encierras, no compartes, si te apetece volver a tu casa no tienes la posibilidad de participar en tu barrio de pasar un buen rato en la calle con los que son tus vecinos. Está claro que en el barrio del Raval Roig, además de vecinos, eran amigos y casi familia.

Hay quién dice que el tiempo pasado nunca fué mejor, yo creo que algunas cosas sí lo fueron.